Esculturas de toros se apropiaron de las vacas del evento Cow Parade, en las avenidas Paulista y Faria Lima de São Paulo, para cuestionar el concepto de la exposición que se considera el mayor evento de arte público del mundo.
El Toro Bandido rescató el imaginario brasileño, un animal que nunca fue domado en los rodeos y se convirtió en una leyenda nacional.
Para mí, la vaca se volvió estéril como objeto de reflexión, y el toro le hizo una inseminación artística.
Al tratarse de una acción no autorizada, tuve que responder a una investigación policial por acto obsceno, difamación y daños materiales, iniciada por los organizadores del evento.
En mi defensa, reiteré que el arte no puede ser domesticado.
Vídeo producido por Kana Films
Dos piezas
Espuma de poliestireno, fibra, resina y pintura acrílica
2,00 x 80 x 1,80 m cada escultura