La intervención compuesta por un tronco de dos toneladas, motosierras y resina roja ocupó la fachada de la tienda Neobambu de São Paulo. La obra traía a colación las recientes tragedias medioambientales del país y tenía como fuente de inspiración la imagen del Santinho de São Sebastião con flechas y la instalación "Desvio para o Vermelho" de Cildo Meireles. Todavía durante el proceso creativo, invité al fotógrafo de naturaleza Araquém Alcântara que reprodujo la imagen de la serie "Post-quema de la carretera Transamérica", trabajo realizado en Altamira, Pará en 2010. La foto en blanco y negro representaba un paisaje devastado y se instaló en la fachada de cristal, realzando la instalación que significaba "Árbol que sangra", en lengua tupí-guaraní.
En la presentación de la exposición, definí el concepto de la obra:"Exponer un árbol tullido y sangrante, con motosierras clavadas en su cuerpo, dice mucho del momentoactual.Brasil, que lleva un árbol en su nombre, no merece esta grandeza. Nosotros, los brasileños, somos omisos a la destrucción de nuestro bien más preciado: las riquezas naturales. "Elárbol utilizado en la obra fue retirado de una residencia porque presentaba un riesgo para la propiedad, inspeccionado y saludado por una empresa ambiental con la autorización del municipio.